Ocultos mis enemigos,
sin enseñarme su cara,
sin cruzar nuestras miradas,
insultando por escrito,
creyendo que era un amigo,
el que al alma me dañaba.
Mi mente me decía,
que era él el responsable,
mas mi amistad reñía,
mi raciocinio dudable.
Dudé poco, pero dudé,
ahora, ya no dudaré,
ahora, primero escucharé,
y, por último, juzgaré.
(¿Para qué sirve insultar, a parte de hacer daño a la gente? Los que me insultaron me están demostrando la clase de personas que son)
sin enseñarme su cara,
sin cruzar nuestras miradas,
insultando por escrito,
creyendo que era un amigo,
el que al alma me dañaba.
Mi mente me decía,
que era él el responsable,
mas mi amistad reñía,
mi raciocinio dudable.
Dudé poco, pero dudé,
ahora, ya no dudaré,
ahora, primero escucharé,
y, por último, juzgaré.
(¿Para qué sirve insultar, a parte de hacer daño a la gente? Los que me insultaron me están demostrando la clase de personas que son)
1 comentario:
Si el insulto te lo profirió un impresentable, más que un insulto es un piropo.
Publicar un comentario