Yo no movía mis manos,
ni el lápiz que sujetaban,
ni la goma que borraba,
tranquilamente mis fallos.
Yo era solo su esclavo,
él era el que me ordenaba,
escondido me dañaba,
escribiendo este relato:
Muerte es mi nombre,
tú eres mi objetivo,
tú eres mi enemigo,
tú eres el hombre,
que tanto persigo.
ni el lápiz que sujetaban,
ni la goma que borraba,
tranquilamente mis fallos.
Yo era solo su esclavo,
él era el que me ordenaba,
escondido me dañaba,
escribiendo este relato:
Muerte es mi nombre,
tú eres mi objetivo,
tú eres mi enemigo,
tú eres el hombre,
que tanto persigo.
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