diciembre 14, 2006

INSULTOS DE TINTA

Ocultos mis enemigos,
sin enseñarme su cara,
sin cruzar nuestras miradas,
insultando por escrito,
creyendo que era un amigo,
el que al alma me dañaba.

Mi mente me decía,
que era él el responsable,
mas mi amistad reñía,
mi raciocinio dudable.

Dudé poco, pero dudé,
ahora, ya no dudaré,
ahora, primero escucharé,
y, por último, juzgaré.

(¿Para qué sirve insultar, a parte de hacer daño a la gente? Los que me insultaron me están demostrando la clase de personas que son)

diciembre 11, 2006

TUS OJOS SE ESCONDEN


Deja que vea tus ojos,
no los tapes con tus manos,
deja que respiren luz,
déjame ver el azul,
que cubre este hermoso lago,
que hoy se encuentra lloroso.

¿Por qué no me dejas ver
mi reflejo en tus espejos?
¿Quieres que cierre los míos?
Si te hace feliz lo haré,
los protegeré del frío,
pero ver los tuyos quiero,
antes de quedarme ciego.

Gracias por dejarme verlos,
aunque ahora no estén contentos,
pero tranquila, no temas,
debes liberar tus penas,
a través de esos ojitos,
cada día más bonitos.

diciembre 09, 2006

NO QUIERO QUE SUFRAS

Intento hacerte sonreír,
no lo consigo.
Intento no hacerte sufrir,
no lo consigo

Lo mejor es que te olvide,
que me olvide de tus besos,
que dentro de mí ellos viven;
que me olvide de mi sueño
de que tus manos me cuiden
cuando yo mismo me apeno;
que me olvide de los miles
de poemas y sonetos
que tantas veces reciben
pesadumbre y desconsuelo.

No quiero que sufras más.
Quiero que seas feliz
por eso me voy de aquí,
de esta forma lo serás,
seguro que lo serás.

diciembre 08, 2006

JUNTO A TI NO TENGO MIEDO

Siento tu respiración,
golpear en mis oídos.
¿De qué tienes tú temor?
Yo seré tu protección,
quien te proteja del frío,
de malvados enemigos
que desean tu dolor.

Deja que mi abrazo sea
el refugio de tus miedos,
permite que él te proteja,
del sonido de los truenos,
de las malvadas querellas
y de tus oscuros sueños,
que descansar no te dejan.

Bajo la Luna durmamos
abrazados como niños,
abrazados como amigos,
abrazados como hermanos.

LA MUJER DEL ACANTILADO

Sobre un acantilado,
una mujer cantaba,
de vestido azulado,
como el mar que lloraba.

Su voz me transportaba
a los más altos cielos,
me quitaba los miedos,
que mi ánima inundaban.

Sus ojos me miraron,
diamantes parecían,
que de brillar dejaron,
al fugarse su vida.

Un beso me mandó,
luego al mar se tiró.
Pudo ser un adiós,
pudo ser un perdón.

Su voz no olvidaré,
en mi memoria duerme,
y a la hora de mi muerte,
al cielo a verla iré.

diciembre 07, 2006

AMIGOS

Amigos,
siempre conmigo.

Siempre apoyándome,
siempre ayudándome.

Siempre haciéndome reír,
nunca mal me hacéis sentir.

Amigos,
siempre queridos.
Siempre a mi lado,
en lo bueno y en lo malo.

(A mis amigos Irene, Rubén, Águeda y Miriam)

PALIZAS Y LÁGRIMAS

Cada vez que oía un golpe,
siempre pensaba que venía hacia mí.
Me insultaba, me decía “torpe”
y por eso me escondí.

Pero no duró mi refugio,
porque siempre me encontraba,
y tras chillarme e insultarme,
su puño me golpeaba.

Tras la brutal paliza,
me pedía perdón, me besaba,
lentamente, sin prisa,
y luego a la cama me ataba.

Se fue de casa, me dejó vivir,
o mejor dicho, me dejó morir.

CONTIGO... SUFRIMIENTO

Contigo, siempre lloraba.
Mi corazón reventaba de dolor,
de odio, de maldad, de rencor, …

Contigo, mi alma nunca descansaba.
Ojeras en los ojos, moratones en la espalda,
producidos por el golpe de tu palma.

Contigo, nuestro hijo se asustaba.
Lágrimas de sus ojos salían silenciosas,
por la cosas que le decías tan dolorosas.

Contigo, nuestra vida no fue liberada.
Años y años de sufrimiento, de miedo, …
Pero por fin, podemos ver el cielo,
a causa de tu existencia asesinada.