Al final de aquella calle,
la farola no se enciende.
La densa niebla es más fuerte,
que los tripulantes de este viaje.
Mis pasos abren el camino,
que la niebla no dejaba ver,
la bella farola, mi bello destino,
la ilusión de no ser vencido.
No me acerco más que al perder,
tanto tiempo que he destruido,
todo por un querer, por un ser,
por un sueño que se puede esconder.
Ya no está la farola, se ha ido,
ahora el faro se ha encendido,
para llamar al barco que navega
por este mundo de alegría ciega.
Quiero la farola, quiero mi deseo,
por ello, esperaré a que el día
sea dominado por la luz sombría
de la joya que más espero.
la farola no se enciende.
La densa niebla es más fuerte,
que los tripulantes de este viaje.
Mis pasos abren el camino,
que la niebla no dejaba ver,
la bella farola, mi bello destino,
la ilusión de no ser vencido.
No me acerco más que al perder,
tanto tiempo que he destruido,
todo por un querer, por un ser,
por un sueño que se puede esconder.
Ya no está la farola, se ha ido,
ahora el faro se ha encendido,
para llamar al barco que navega
por este mundo de alegría ciega.
Quiero la farola, quiero mi deseo,
por ello, esperaré a que el día
sea dominado por la luz sombría
de la joya que más espero.
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