La brisa de hojas regresa de su viaje,
largo, aburrido y doloroso.
Tantos meses sin verla ni olerla,
ni sentir el abrazo del otoño.
Hoy es el primer día de su regreso,
mañana, es el último de su vida.
Está cansada, muy cansada,
de hacer siempre lo que el tiempo diga.
Perderla sería como perder un beso
que, cariñosamente, alguien te ha lanzado,
queriendo encontrarlo, sin poder buscar,
solo pidiendo ese mismo regalo,
pero sin que el segundo, sea como el primero.
Por eso, la brisa, se marcha, es sustituida,
por otra que hace lo mismo que la anterior,
pero sin el corazón que la otra tenía.
largo, aburrido y doloroso.
Tantos meses sin verla ni olerla,
ni sentir el abrazo del otoño.
Hoy es el primer día de su regreso,
mañana, es el último de su vida.
Está cansada, muy cansada,
de hacer siempre lo que el tiempo diga.
Perderla sería como perder un beso
que, cariñosamente, alguien te ha lanzado,
queriendo encontrarlo, sin poder buscar,
solo pidiendo ese mismo regalo,
pero sin que el segundo, sea como el primero.
Por eso, la brisa, se marcha, es sustituida,
por otra que hace lo mismo que la anterior,
pero sin el corazón que la otra tenía.